El déficit del sector eléctrico en el año 2011 fue de 1,238 millones de dólares, y habría sido mayor si no se hubiera incrementado la tarifa eléctrica en más de 30%.
En ese año las empresas distribuidoras compraron a los generadores 11,122 millones de kilovatios hora por un monto de 1,996 millones de dólares. El precio medio pagado resultó de 17.95 centavos de dólar por kilovatio hora.
La energía comprada por las distribuidoras provino de diferentes plantas generadoras, y el precio por kilovatio hora comprado a cada una viene expresado en función del tipo de combustible y de la fórmula contractual.
Carbón mineral, gas natural, fuel oil No. 6 y gasoil, son combustibles importados para producir energía.
En el parque de generación del país las plantas más económicas son movidas a carbón mineral y a gas natural ciclo combinado, por lo que la generación media del sistema debía estar integrada por estos tipos de plantas como ocurre a nivel mundial: Tipo de combustible Participación Mundial Participación R. D.
Combustible % % Carbón 41 15 Gas Natural 21 27 Hidro 17 12 Nuclear 13 0 Petróleo 5 46 Otros 3 0 Total 100 100 Conforme a todo esto parece lógico pensar que el parque de generación debía estar integrado por un alto porcentaje de plantas a carbón y a gas natural ciclo combinado, si se quiere disponer de energía barata, abundante y de calidad.
Así lo han hecho grandes naciones como China Popular, donde el 79% de su parque de generación es de carbón; la India 69%, y Estados Unidos de América donde las plantas a carbón representan el 45%.
Conociendo que para el 2004 había una composición todavía más desfavorable del parque de generación, incluimos de forma destacada la instalación de más plantas a carbón dentro del plan integral del sector eléctrico que fue elaborado durante el período de transición.
En el año 2005, la CDEEE perdió la oportunidad de comprar energía a un precio de transformación de 1.8 centavos de dólares por kilovatio hora, lo que sumado al componente de combustible, que la CDEEE debía proporcionar, permitía adquirir la electricidad, en aquel entonces, a un costo de producción menor a 4 centavos. La experiencia de las plantas a carbón de Westmont Power fue sin dudas traumática.
En enero del 2006 la CDEEE firmó sendos contratos de compra de energía con las empresas SICHUAN MACHINERY & EQUIPMENT de China Popular y Emirates Power de los Emiratos Árabes Unidos bajo la modalidad de Acuerdo de Transformación de Energía (ATE).
Enfocaremos nuestra atención en el contrato con SICHUAN MACHINERY & EQUIPMENT, pues, fue el que estuvo más cerca de ser implementado.
En el indicado contrato la empresa china se comprometía a traer, instalar y operar a todo costo y riesgo una central a carbón de 600 megavatios netos integrada por dos plantas de 300 cada una, mientras que a la CDEEE le correspondía comprar la energía.
La fórmula del ATE establece responsabilidad para las partes, definiendo un costo de producción de energía (cpe) por kilovatio hora donde la CDEEE es responsable de suministrar el carbón mineral y SICHUAN todo lo demás:
cpe=pte*fi+cc.
En esta sencilla y transparente fórmula, el término (pte) significa precio de transformación de energía y es igual a 2.9 centavos de dólar por kilovatio hora, ajustado por el factor (fi) para incluir la inflación de acuerdo al índice de precios al consumidor de los Estados Unidos, y representa el pago a SICHUAN. El término (cc) representa el costo del combustible que corresponde suministrar a la CDEEE expresado en centavos de dólar por kilovatio hora.
Considerando un precio medio de 111 dólares por toneladas métricas de carbón con poder calorífico de 12,024 BTU por libra masa, así como un heat rate de 8,600 BTU por kilovatio hora para la planta generadora, y asumiendo que SICHUAN nos hubiera vendido 4,100 millones de kilovatios hora en el año 2011, con las plantas operando a un factor de carga promedio de 78%, el costo de producción energía (cpe) habría sido de 6.63 centavos de dólares por kilovatio hora.
A ese costo de producción de energía (cpe) debemos sumarle el pago de intereses financieros por la carta de crédito de SICHUAN, así como una provisión para gastos administrativos de la CDEEE relacionados con las plantas.
De esta forma la energía suministrada por SICHUAN hubiera podido ser vendida por la CDEEE a las empresas distribuidoras a un precio de 6.98 centavos de dólar por kilovatio hora.
Para determinar el impacto que esto habría tenido en el déficit del Sector Eléctrico en el año 2011, empecemos por evaluar que esas plantas habrían producido casi el 37% de la energía comprada por las empresas distribuidoras.
Esas plantas habrían representado también el reemplazo de la energía más cara del parque de generación.
En ese contexto, se estima que si las empresas distribuidoras hubiesen comprado a los generadores la misma cantidad de 11,122 millones de kilovatios hora durante el año 2011, el precio medio de compra habría bajado de 17.95 a 12.71, es decir, 5.24, lo que equivaldría a 29%. Como consecuencia de esto, en lugar de pagarles 1,996 millones de dólares como lo hicieron, solo les hubieran entregado 1,414, lo que representaría una disminución de 582 millones de dólares.
Naturalmente, para lograr ese propósito habría sido necesario introducir cambios en el despacho de las plantas generadoras y en los contratos de generación existentes. La energía eléctrica forma parte esencial del desarrollo económico y social de un país, pues se usa como insumo para la industria, y como servicio básico de primera necesidad en el comercio, en el hogar, en la salud, en la educación, en la agropecuaria, en las comunicaciones; entre otros.
La estructura industrial y comercial del país está conformada por algunas grandes empresas que disfrutan del privilegio de usuario no regulado amparadas en la ley No.
186-07 que les permite comprar energía directamente del generador que les resulte al precio más bajo. Sin embargo, las medianas y pequeñas empresas que constituyen la inmensa mayoría, se ven obligadas a comprar energía a las distribuidoras pagando el valor agregado de la distribución y un componente de precio de generación muy superior al que obtienen las grandes empresas.
No es de extrañar que usuarios no regulados que compran energía a plantas generadoras a carbón o a gas natural ciclo combinado, no se sientan aludidos cuando se dice que la electricidad es muy cara, como es la opinión del resto de la población.
En el caso de la central a carbón de SICHUAN es incontrastable que de haberse instalado se habría producido una disminución del subsidio del Gobierno al sector eléctrico estimado en 582 millones de dólares para el año 2011; y como eso no fue posible por la firme determinación con que actuaron partidarios del enfoque Montás en contra de dicho proyecto, se podría pensar que los dominicanos tendrían derecho a conocer las razones de semejante desatino.
Probablemente no sea necesario esperar mucho para ello, pues hay quienes dicen que los dos principales representantes de ese enfoque padecen de cierta incontinencia verbal.
Cuando las ideologías y los intereses particulares se anteponen al interés nacional siempre el pueblo paga las consecuencias, lo que en este caso se estima en miles de millones de dólares a lo largo del período gubernamental.
En ese año las empresas distribuidoras compraron a los generadores 11,122 millones de kilovatios hora por un monto de 1,996 millones de dólares. El precio medio pagado resultó de 17.95 centavos de dólar por kilovatio hora.
La energía comprada por las distribuidoras provino de diferentes plantas generadoras, y el precio por kilovatio hora comprado a cada una viene expresado en función del tipo de combustible y de la fórmula contractual.
Carbón mineral, gas natural, fuel oil No. 6 y gasoil, son combustibles importados para producir energía.
En el parque de generación del país las plantas más económicas son movidas a carbón mineral y a gas natural ciclo combinado, por lo que la generación media del sistema debía estar integrada por estos tipos de plantas como ocurre a nivel mundial: Tipo de combustible Participación Mundial Participación R. D.
Combustible % % Carbón 41 15 Gas Natural 21 27 Hidro 17 12 Nuclear 13 0 Petróleo 5 46 Otros 3 0 Total 100 100 Conforme a todo esto parece lógico pensar que el parque de generación debía estar integrado por un alto porcentaje de plantas a carbón y a gas natural ciclo combinado, si se quiere disponer de energía barata, abundante y de calidad.
Así lo han hecho grandes naciones como China Popular, donde el 79% de su parque de generación es de carbón; la India 69%, y Estados Unidos de América donde las plantas a carbón representan el 45%.
Conociendo que para el 2004 había una composición todavía más desfavorable del parque de generación, incluimos de forma destacada la instalación de más plantas a carbón dentro del plan integral del sector eléctrico que fue elaborado durante el período de transición.
En el año 2005, la CDEEE perdió la oportunidad de comprar energía a un precio de transformación de 1.8 centavos de dólares por kilovatio hora, lo que sumado al componente de combustible, que la CDEEE debía proporcionar, permitía adquirir la electricidad, en aquel entonces, a un costo de producción menor a 4 centavos. La experiencia de las plantas a carbón de Westmont Power fue sin dudas traumática.
En enero del 2006 la CDEEE firmó sendos contratos de compra de energía con las empresas SICHUAN MACHINERY & EQUIPMENT de China Popular y Emirates Power de los Emiratos Árabes Unidos bajo la modalidad de Acuerdo de Transformación de Energía (ATE).
Enfocaremos nuestra atención en el contrato con SICHUAN MACHINERY & EQUIPMENT, pues, fue el que estuvo más cerca de ser implementado.
En el indicado contrato la empresa china se comprometía a traer, instalar y operar a todo costo y riesgo una central a carbón de 600 megavatios netos integrada por dos plantas de 300 cada una, mientras que a la CDEEE le correspondía comprar la energía.
La fórmula del ATE establece responsabilidad para las partes, definiendo un costo de producción de energía (cpe) por kilovatio hora donde la CDEEE es responsable de suministrar el carbón mineral y SICHUAN todo lo demás:
cpe=pte*fi+cc.
En esta sencilla y transparente fórmula, el término (pte) significa precio de transformación de energía y es igual a 2.9 centavos de dólar por kilovatio hora, ajustado por el factor (fi) para incluir la inflación de acuerdo al índice de precios al consumidor de los Estados Unidos, y representa el pago a SICHUAN. El término (cc) representa el costo del combustible que corresponde suministrar a la CDEEE expresado en centavos de dólar por kilovatio hora.
Considerando un precio medio de 111 dólares por toneladas métricas de carbón con poder calorífico de 12,024 BTU por libra masa, así como un heat rate de 8,600 BTU por kilovatio hora para la planta generadora, y asumiendo que SICHUAN nos hubiera vendido 4,100 millones de kilovatios hora en el año 2011, con las plantas operando a un factor de carga promedio de 78%, el costo de producción energía (cpe) habría sido de 6.63 centavos de dólares por kilovatio hora.
A ese costo de producción de energía (cpe) debemos sumarle el pago de intereses financieros por la carta de crédito de SICHUAN, así como una provisión para gastos administrativos de la CDEEE relacionados con las plantas.
De esta forma la energía suministrada por SICHUAN hubiera podido ser vendida por la CDEEE a las empresas distribuidoras a un precio de 6.98 centavos de dólar por kilovatio hora.
Para determinar el impacto que esto habría tenido en el déficit del Sector Eléctrico en el año 2011, empecemos por evaluar que esas plantas habrían producido casi el 37% de la energía comprada por las empresas distribuidoras.
Esas plantas habrían representado también el reemplazo de la energía más cara del parque de generación.
En ese contexto, se estima que si las empresas distribuidoras hubiesen comprado a los generadores la misma cantidad de 11,122 millones de kilovatios hora durante el año 2011, el precio medio de compra habría bajado de 17.95 a 12.71, es decir, 5.24, lo que equivaldría a 29%. Como consecuencia de esto, en lugar de pagarles 1,996 millones de dólares como lo hicieron, solo les hubieran entregado 1,414, lo que representaría una disminución de 582 millones de dólares.
Naturalmente, para lograr ese propósito habría sido necesario introducir cambios en el despacho de las plantas generadoras y en los contratos de generación existentes. La energía eléctrica forma parte esencial del desarrollo económico y social de un país, pues se usa como insumo para la industria, y como servicio básico de primera necesidad en el comercio, en el hogar, en la salud, en la educación, en la agropecuaria, en las comunicaciones; entre otros.
La estructura industrial y comercial del país está conformada por algunas grandes empresas que disfrutan del privilegio de usuario no regulado amparadas en la ley No.
186-07 que les permite comprar energía directamente del generador que les resulte al precio más bajo. Sin embargo, las medianas y pequeñas empresas que constituyen la inmensa mayoría, se ven obligadas a comprar energía a las distribuidoras pagando el valor agregado de la distribución y un componente de precio de generación muy superior al que obtienen las grandes empresas.
No es de extrañar que usuarios no regulados que compran energía a plantas generadoras a carbón o a gas natural ciclo combinado, no se sientan aludidos cuando se dice que la electricidad es muy cara, como es la opinión del resto de la población.
En el caso de la central a carbón de SICHUAN es incontrastable que de haberse instalado se habría producido una disminución del subsidio del Gobierno al sector eléctrico estimado en 582 millones de dólares para el año 2011; y como eso no fue posible por la firme determinación con que actuaron partidarios del enfoque Montás en contra de dicho proyecto, se podría pensar que los dominicanos tendrían derecho a conocer las razones de semejante desatino.
Probablemente no sea necesario esperar mucho para ello, pues hay quienes dicen que los dos principales representantes de ese enfoque padecen de cierta incontinencia verbal.
Cuando las ideologías y los intereses particulares se anteponen al interés nacional siempre el pueblo paga las consecuencias, lo que en este caso se estima en miles de millones de dólares a lo largo del período gubernamental.
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