Al hablar desde el punto de vista sociológico de electrificación, nos estamos refiriendo al acceso a la energía eléctrica disponible que tiene una determinada sociedad a través de un sistema nacionalmente interconectado o por medio de abastecimiento local diseñado para tales fines. Este es un indicador de desarrollo humano, independientemente de la cantidad de electricidad que se reciba. De acuerdo a un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD, para el año 2009, la República Dominicana tenía un nivel de electrificación superior al 92 por ciento, colocándola así entre los países de la región con mejor posicionamiento en ese indicador.
Debido a que es imposible hablar de desarrollo integral sin disponibilidad de electricidad en estos tiempos, el legislador dominicano creó a través de la Ley General de Electricidad 125-01, la Unidad de Electrificación Rural y Suburbana UERS, como brazo técnico y social del Estado para lograr que cada ciudadano, especialmente los de menos recursos, disponga de conexiones eléctricas seguras.
Inclusive, como mecanismo de financiamiento se estableció que, a demás de las transferencias del presupuesto nacional y donaciones, sean entregados a la UERS el 20 por ciento de los recursos que recibe el FONPER de las empresas reformadas y el 5 por ciento de lo generado por la ley de combustibles.
A pesar de que hasta agosto del 2009 la UERS había conectado a las redes eléctricas a millones de dominicanos, en los tres años de gestión de Marranzini, esta importante institución fue sometida a un gran estrangulamiento económico, al grado tal, que el anterior titular de la CDEEE llegó a plantear la desaparición de la misma.
Debido a que es imposible hablar de desarrollo integral sin disponibilidad de electricidad en estos tiempos, el legislador dominicano creó a través de la Ley General de Electricidad 125-01, la Unidad de Electrificación Rural y Suburbana UERS, como brazo técnico y social del Estado para lograr que cada ciudadano, especialmente los de menos recursos, disponga de conexiones eléctricas seguras.
Inclusive, como mecanismo de financiamiento se estableció que, a demás de las transferencias del presupuesto nacional y donaciones, sean entregados a la UERS el 20 por ciento de los recursos que recibe el FONPER de las empresas reformadas y el 5 por ciento de lo generado por la ley de combustibles.
A pesar de que hasta agosto del 2009 la UERS había conectado a las redes eléctricas a millones de dominicanos, en los tres años de gestión de Marranzini, esta importante institución fue sometida a un gran estrangulamiento económico, al grado tal, que el anterior titular de la CDEEE llegó a plantear la desaparición de la misma.
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